dijous, 4 d’octubre del 2012

Otorrino

El  médico atiende un viejecito millonario que había comenzado a usar un revolucionario aparato de audición:
- Y entonces, señor Almeida, ¿le gusta su nuevo aparato?
- Si, es muy bueno.
- ¿Y a su familia le gustó?
- Todavía no se lo conté a nadie, pero ya cambié mi testamento tres veces.

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